Este grabado recrea el incendio que quizá destruyó parte de la Biblioteca de Alejandría en el año 47 a.C., durante la guerra entre Cleopatra y su hermano. 1876.

Foto: AKG / Album

CATOLIALCÓHOLICOS

*Por Guerrilla Cultural

 

Pusilánimes sotanas

de sus cuerpos castrados,

mancillados por codicia y avaricia,

catolialcóholicos bucólicos

que babearon sus hocicos manchados

por cristiano civilizar,

enviar nuestros espíritus pasados

al cielo doliente y lloroso

de salesianos excitados

por infantes originarios

agónicos de sus últimos alientos

engañados y forzados

por el espíritu poco santo;

nos negamos ayer y hoy

como el valiente Hatuey

que prefirió el inframundo de Xibalbá

si los catolialcóholicos van al cielo,

y lo decimos

como se dicen los cantos sinceros

que hasta el día de hoy arrastramos

como Cristo el sudario,

las marcas sangrientas de

sus psicópatas latigazos.

 

No nos olvidamos de las hordas católicas

ardientes en frenesí de lanzas y espadas,

de fuegos y calcinantes hogueras

quemando ciudades enteras,

del viejo y nuevo mundo,

haciendo del planeta el fuego del horno

asesinando a valientes y sabias,

como Hipatia de Alejandría,

bramando de brazas humeantes

libros tras libros

elevando a su cielo ennegrecido

los rezos en éxtasis de lívido

por la tortura inquisidora,

asesina de sanadoras,

guardadoras del conocimiento natural

que como cantoras

nos trasmitieron el saber ancestral.

 

Ustedes que se dicen religiosos,

de religión entredicho,

del dicho re-ligar,

unir y dar,

lo único que han ligado

es a los niños bien culiados,

re-culiados,

por los siglos de los siglos

sin amén

repartiendo en bocas y anos infantes

el clero semen

enviando al cielo condenados

los niños-cristo crucificados

por la lujuria romana

catolialcóholica pagana.

 

Lo único que ha importado

en dos mil años

son las inversiones vaticanas

en armas, prostitución y pornografía,

que por porfía,

se enriquecieron

en supuestas guerras santas

instalando el hambre calcinante

en países enteros

asegurando gobiernos de las matanzas

mientras madres ven morir sus

hijos explotados de bombas

elevando a los cielos coléricos

                                                las alabanzas

para que los catolialcóholicos

                                                    desaparezcan

y de una vez por todas

reine en la tierra

el verbo de la esperanza.